
Choque y pánico
El terrorismo individual es una táctica fracasada, contrarrevolucionaria; una que, en el mejor de los casos, es fruto del desconocimiento de los principios que rigen el sistema capitalista. El capital es impersonal, por más que los capitalistas sean personas y, de hecho, sangren y mueran, tal y como demuestran los acontecimientos. Pero un capitalista muerto es reemplazado por otro. Y cuando uno es asesinado, la seguridad se redobla, la información pública desaparece, el Estado se ensaña con los perpetradores y pone a funcionar su maquinaria para blanquear a los explotadores. Y la rueda sigue girando.
Pocos comunistas, honestos o no, desconocen la esencia de la cuestión. Es más, nos atreveríamos a decir que los resultados del terror individual son predecibles y conocidos por cualquiera que tenga dos dedos de frente. Es por ello que, aunque no sorprenda, sí irrita la respuesta colectiva que el comunismo patrio ha decidido dar al asesinato de Brian Thompson, anterior director ejecutivo de la mayor compañía de seguros de los Estados Unidos. Lanzada la tonadilla, la recetita inicial que hemos encapsulado en un puñado de líneas, lo que ha seguido ha sido el silencio, cuando no el meme, la broma o el seguidismo a la exaltación de Mangione, hoy convertido en mártir por las masas estadounidenses. Así, la «prensa obrera» se limita a repetir los titulares ofrecidos por la prensa burguesa, sin cumplir el papel verdadero que debe suplir un periódico obrero: esclarecer, educar, explicar. Así es que las organizaciones comunistas no se pronuncian sobre un evento político de una relevancia capital, uno que está sacudiendo la opinión pública estadounidense con una fuerza que sorprende. Y así es que nadie, absolutamente nadie, se pregunta qué está pasando, cómo es que este tal Luigi se ha cargado –presuntamente– a un director ejecutivo, cómo es que las masas estadounidenses lo apoyan con tanta nitidez, cómo es que esta panda de «aristócratas obreros» enriquecidos por el expolio que su nación practica a escala internacional muere a cientos por no poder pagar una quimioterapia.
La realidad es simple y compleja a la vez. Si analizamos los hechos de forma superficial, al modo de la «prensa obrera», lo que tenemos es un individuo de dudosa filiación política asesinando a un director ejecutivo –presuntamente, claro– por una combinación de agravios personales, creencias políticas vagas y, por qué no decirlo, algo de afán de protagonismo. En este nivel de profundidad similar al de un charco, cualquier consigna o conclusión política no puede ser otra cosa que humo. Si, por el contrario, nos pretendemos comunistas; si entendemos este suceso como la manifestación álgida de un fenómeno que aguijonea al centro imperial, si tomamos a Thompson y a Mangione como dos vehículos para recorrer una senda imbricada, influenciada por las condiciones de vida, por los medios culturales, por el discurso político; solo si hacemos estas cosas podemos llegar a bosquejar el estado de conciencia de las masas obreras estadounidenses. Esta es la intención fundamental de este artículo. Una ambiciosa, y una que no alcanzaremos en escasas diez páginas. Pero ésta, y no otra, es la cuestión verdaderamente esencial de todo el asunto. Porque aunque en este artículo la danza macabra de Mangione y Thompson vaya a cobrar todo el protagonismo, el tema que queremos abordar de forma demostrativa es otro muy diferente.
Rescate en Nueva York
El 4 de diciembre de 2024, a las 06:44, Brian Thompson, el que fuera director ejecutivo de United Healthcare desde 2021, caminaba por la West 54th Street de Nueva York hacia el New York Hilton Midtown, hotel de lujo en el que debía celebrarse la reunión anual de inversores de la compañía de seguros. Un minuto después, ya a las puertas del hotel, un encapuchado se colocó seis metros detrás de Thompson y abrió fuego en tres ocasiones usando una pistola. El primer proyectil impactó en la pantorrilla del empresario. Las dos balas restantes perforaron la espalda de Thompson, matándolo en el acto. La cámara de seguridad del hotel registró el suceso, que se desarrolló a lo largo de 25 segundos. Abatida la víctima, el tirador abandonó la escena a pie.
El 9 de diciembre, tras cinco días de búsqueda intensiva, el Comisario del Departamento de Policía de Nueva York anunciaba la detención del principal sospechoso en un McDonald’s de Altoona, Pensilvania, ubicado a 286 millas –no lo traducimos a quilómetros porque la cifra es relevante– del lugar de los hechos: Luigi Mangione, de 26 años. El anuncio, para sorpresa de los policías, causó los abucheos de los asistentes a la rueda de prensa. Ante el apoyo masivo que el presunto asesino llevaba días recibiendo, y ante el escándalo en la rueda de prensa, el gobernador de Pennsylvania, Josh Shapiro, declaró que:
En América no asesinamos a la gente a sangre fría para resolver diferencias políticas o para expresar un punto de vista. (…) No es un héroe.1
La hipocresía del verdugo no conoce parangón, pero, por suerte para todo el mundo, el público estadounidense ya se había formado otra opinión, como veremos más adelante. Según se pudo filtrar a prensa, el presunto tirador llevaba consigo el arma del crimen, una pistola Glock 19 con supresor, ambas fabricadas parcialmente con una impresora 3D. El modelo y el análisis del arma revelaron una alta coincidencia con los resultados forenses del cuerpo de Thompson, así como con los proyectiles empleados que, para mayor concreción, tenían grabadas las palabras «Delay», «Deny», «Depose» –Retrasar, denegar, deponer– según la versión oficial. Decimos «la versión oficial» porque las declaraciones originales de un oficial del cuerpo de policía de Nueva York rezaban que las palabras escritas en los cartuchos eran, en realidad, «deny, defend, depose» –denegar, defender, deponer– hasta que fue «corregido» por las declaraciones oficiales de sus colegas. Sea como sea, el trío parece una burla retorcida del lema oficioso de las compañías de seguros estadounidenses: «delay, deny, defend» o, lo que es lo mismo, retrasar [el tratamiento], denegar [el tratamiento], defender [a la compañía]. Mangione también llevaba consigo, según declararon las fuentes policiales, un manifiesto que reza así:
A los Federales, seré breve, porque respeto lo que hacéis por nuestro país. Para evitaros una investigación interminable, declaro de entrada que no he trabajado con nadie. El asunto ha sido bastante trivial: un poco de ingeniería social elemental, una pizca de diseño asistido por ordenador, y mucha paciencia. La libreta espiral, si está presente en el momento de mi detención, contiene algunas notas preliminares y una lista de tareas que iluminan el procedimiento del acto. Mi tecnología es bastante elemental porque trabajo como ingeniero, así que posiblemente no encontréis gran cosa ahí. Siento el mal y los traumas que haya podido causar, pero tenía que hacerse. Francamente, estos parásitos se lo estaban buscando. Un recordatorio: los Estados Unidos tienen el #1 sistema sanitario más caro en el mundo, pero nos encontramos en el puesto #42 de esperanza de vida. United es la [indescifrable] compañía más grande en los Estados Unidos por cuota de mercado, solo detrás de Apple, Google, Walmart. Ha crecido y crecido, ¿pero nuestra esperanza de vida? No, la realidad es que estos [indescifrable] sencillamente se han vuelto demasiado poderosos, y siguen abusando de nuestro país para obtener beneficios inmensos solo porque el público estadounidense les ha permitido salirse con la suya. Obviamente el problema es más complejo, pero no tengo espacio y, francamente, no voy a pretender ser la persona más cualificada para desarrollar toda la argumentación. Pero son muchos los que iluminaron sobre la corrupción y la avaricia –p. ej.: Rosenthal, Moore– hace décadas y los problemas siguen ahí. No es un problema de desconocimiento, llegados a este punto, sino que hay juegos de poder en marcha. Evidentemente soy el primero que lo encara con una honestidad tan brutal 2.
Por lo demás, y para lo que nos ocupa, de los pormenores de la detención y del procedimiento judicial no nos interesan más que algunos detalles. El primero, tal vez el más relevante, es la tenacidad de las fuerzas represivas de los Estados Unidos por hacer de Mangione un ídolo de masas. Al presunto asesino no solo le han proporcionado un altavoz involuntario los medios de comunicación que, ávidos de obtener la más lucrativa de las exclusivas, han aireado los detalles más íntimos de la vida del joven… y también las pistas que permiten completar el puzle político de las que hablaremos en la siguiente sección. El segundo es que, del choque y pánico producido por el asesinato de un director ejecutivo en plena calle, algo que el país llevaba muchos años sin ver, ha resultado una situación de verdadero terror entre las filas de los mandamases capitalistas. De las páginas web de muchas empresas han desaparecido los nombres y los retratos de directores, secretarios y adjuntos, Elon Musk utiliza a su hijo como escudo humano en todas sus apariciones públicas, etc.; y en su intento por hacer del caso de Mangione una puesta en escena ejemplarizante, la burguesía ha logrado causar el efecto contrario: ha creado un mártir. Fijémonos, por ejemplo, en la siguiente instantánea, que se corresponde con su llegada a Nueva York, el Estado en el que presuntamente cometió el delito, tras su orden de extradición.

Finalmente tenemos el procedimiento judicial. A Mangione se le acusa de cuatro delitos diferentes en dos Estados. A saber:
– El 9 de diciembre de 2024, en el Estado de Pennsylvania, en el que fue detenido, se le imputaron los cargos de falsificación de documentos, tenencia indebida de armas y posesión de «instrumentos de crimen», siéndole negada la libertad bajo fianza.
– El mismo día, en el Estado de Nueva York, en el que cometió el delito, se le acusó tres veces por tenencia indebida de armas, de falsificación de documentos y asesinato de segundo grado –o, lo que es lo mismo, homicidio–. Para el 17 de diciembre, la fiscalía del Estado modificó la acusación del asesinato de segundo grado, imputándosele ahora el asesinato de primer grado –asesinato intencionado–, con el agravante de «terrorismo».
El 1 de abril de 2025, Pamela Bondi, fiscal general de los Estados Unidos, anunció que la fiscalía del caso intentaría que Mangione recibiera la pena de muerte con el siguiente comunicado3:
El asesinato de Brian Thompson –un hombre inocente y padre de dos criaturas– a manos de Luigi Mangione fue un asesinato premeditado y a sangre fría que conmocionó a los Estados Unidos. Tras una minuciosa consideración he ordenado a los fiscales federales que soliciten la pena de muerte en este caso como parte de la implementación de la agenda del presidente Trump para poner fin a los delitos violentos y hacer que los Estados Unidos sean seguros otra vez.
Por su parte, Mangione, de familia pudiente –como veremos a continuación–, contrató para su defensa un equipo encabezado por Karen Friedman Agnifilo, la otrora fiscal de la Oficina de Abogados del Distrito de Manhattan y actual analista legal de la CNN. Lo que los honorarios de la familia Mangione han costeado queda sintetizado en la siguiente declaración de Agnifilo durante la primera vista judicial, en la que Mangione se declaró inocente:
[Los fiscales de ambos Estados] lo están tratando, literalmente, como si fuera una suerte de carnaza política, como si fuera un espectáculo. Se le ha exhibido para que lo vea todo el mundo en el paseo del reo más orquestado que he visto en toda mi carrera. Era totalmente innecesario, ha cooperado todo el rato (…) no hacía falta que el Departamento de Policía de Nueva York exhibiera todos esos rifles enormes que, francamente, ni siquiera sabía que estaban en su arsenal; como tampoco hacía falta tener ahí a los medios, a la prensa… todo estuvo perfectamente coreografiado. ¿Y qué hacía el alcalde de Nueva York en esta conferencia? (…) Y afirmo con franqueza que solo intentaba abstraerse de estos problemas [de seguridad] haciendo un espectáculo del señor Mangione. Y esto tiene consecuencias en su derecho a un juicio justo. (…) Señoría, [Mangione] no es un símbolo, sino alguien que tiene derecho a un juicio justo. Es inocente hasta que se demuestre lo contrario4.
El juicio, entonces, es nítidamente político. Por un lado, el castigo ejemplarizante. Por el otro, el de la defensa, el descargo de responsabilidad de los órganos competentes en un inocente. La jugada de Agnifilo es algo más elaborada. Debemos mencionar, primero, la creación de una página web en apoyo al acusado –«Luigi Mangione, Legal Defense Information»5–, con la que la defensa seguramente se proponga dos objetivos: (a) mediatizar todavía más el juicio cosechando el apoyo popular generado por el acusado y, (b) recaudar fondos. A la fecha de redacción de este artículo –segunda mitad del mes de marzo de 2025–, en la página web constan las declaraciones oficiales de la defensa y de Mangione, varios canales de contacto y de financiación6 –para el 11 de marzo del mismo año el portal había recaudado 718.190 dólares– y una carta de agradecimiento de Mangione que dejamos traducida a continuación –las negritas son nuestras–:
Estoy abrumado por –y agradecido con– cualquiera que me haya escrito para compartir sus historias y expresarme su apoyo. Afortunadamente, este apoyo ha trascendido las divisiones políticas, raciales e incluso de clase, ya que habéis inundado el correo de mensajes provenientes de todo el país y de todo el globo. Aunque me resulta imposible responder a la mayoría de vuestras cartas, sabed que leo todas cuanto recibo. Muchas gracias de nuevo a cualquiera que se haya tomado la molestia de escribirme. Espero oír más en un futuro.
A su vez, la defensa basa buena parte de su argumentario en dos irregularidades flagrantes si es que sigue la estrategia de la sesión de apertura del caso Mangione, celebrada el 21 de febrero de 2025. La primera, la cesión de información confidencial y de informes policiales que siguiendo los procesos judiciales estadounidenses solo podrían ser presentados en juicio, pero con los que los diferentes departamentos de policía implicados mercadearon para la producción de los cuatro documentales que ya se han hecho sobre Mangione –el más destacado de ellos se titula «Manhunt: Luigi Mangione and the CEO Murder», y fue producido por la ABC–. La segunda, las irregularidades en el registro de la mochila de Mangione por parte de la policía de Altoona, sintetizadas en la siguiente declaración de Agnifilo:
Se alega que Luigi portaba un arma y otras propiedades que van a usar en su contra en todos los casos (…) Si existe un problema con el registro y la incautación –y, de nuevo, tenemos que repasar todo el papeleo y el metraje de la cámara corporal policial cuando lo recibamos antes de que podamos afirmar que lo haya– pero lo que estamos viendo hasta ahora es que creemos que hay un problema grave con el registro y la incautación.
Es decir, la defensa se basa en que las pruebas serían falsas, implantadas al acusado, dado el hermetismo selectivo de los cuerpos policiales implicados.
Ahora que hemos repasado los hechos, veamos quién es Mangione.
¡Despierta, Samurái, tenemos una ciudad que quemar!
Luigi Nicholas Mangione, nacido el 6 de mayo de 1998 en Towson, Maryland, pertenece a una familia pudiente estadounidense de origen siciliano. Su abuelo, Nicholas Mangione, nacido en el seno de una familia pobre italoamericana en el barrio de Little Italy de Baltimore, se hizo millonario gracias a su empresa inmobiliaria con la que adquirió clubs, estaciones de radio y centros de día. De sus diez hijos y 37 nietos, hasta el 9 de diciembre, Luigi no era el más notable. Su primo, Nino Mangione, es miembro de la Cámara de los Delegados de Maryland por el Partido Republicano. Su padre –el de Luigi– es el principal propietario de la empresa familiar, cuyos movimientos monetarios no son para nada desdeñables. Según informaba el The Washington Post, la empresa adquirió el Turf Valley Country Court –hoy llamado el Turf Valley Resort– en 1978 gracias a un préstamo bancario y un desembolso de 750.000 dólares7. Esto, por sí solo, sirve para ilustrar el volumen de capital que la empresa gestiona. Sin embargo, y de forma paradójica, la Mangione Family Enterprises encuentra especialmente lucrativas las inversiones en centros médicos. Así, convirtieron el Hayfields Country Club en un centro de cuidados, y crearon una compañía destinada a la creación y gestión de hogares para personas minusválidas, la Lorien Health Services.
En lo que refiere a Mangione, estudió a una escuela privada no mixta de Baltimore, la Gilman School, donde se graduó con honores en 2016. Licenciado en la Universidad de Pennsylvania en 2020, la vocación académica de Mangione era la de la Ingeniería de la computación, especialmente en lo que se refiere a la inteligencia artificial. Trabajó como programador interino para Firaxis Games entre 2016 y 2017, y su último trabajo fue el de ingeniero de datos para la empresa TrueCar, para la que empezó a teletrabajar en 2020 desde su última residencia en Honolulu, Hawái. De TrueCar, además de los despidos del 30% y el 24% de los trabajadores en plantilla en 2020 y 2023 respectivamente, diremos que sufrió una reestructuración en 2020 a razón de sus pérdidas, reenfocándose desde entonces a la venta de vehículos para personal militar8.
Vayamos ahora a lo verdaderamente interesante: su ideología y las razones por las que, a todas luces, es el más que probable ejecutor de Brian Thompson. Analicemos primero los detalles generales de su teatrillo, empezando por su cuenta en Twitter. Su cabecera contiene tres imágenes: un Pokémon que recibe el número 286, una radiografía de lo que podría ser su operación de espalda –volveremos a ello luego– y una fotografía sin camiseta, colocada, muy probablemente, por la buena imagen que seguro sabía que se granjearía –también volveremos a esto luego–. Además del Pokémon y de la ubicación en la que fue detenido –a 286 millas en línea recta, recordemos, del lugar de los hechos–, encontramos que su perfil tiene 286 publicaciones. ¿Qué es el número «286»? Es, para empezar, uno de los códigos que las compañías de seguros de salud estadounidenses utilizan para negar el tratamiento. Y si atendemos a la retórica y la mística que Mangione ha engendrado alrededor de su actuación, profundamente imbuida en el aceleracionismo y arraigada en el americanismo popular, podemos entender también que se trata de una referencia a la Biblia, concretamente al versículo 28:6 de los Proverbios:
Mejor es el pobre que camina en su integridad,
Que el de perversos caminos y rico.
Para lograr las 286 publicaciones de Twitter, Mangione suprimió parte de su contenido en la red social, tal vez el más polémico, a sabiendas que su éxito le granjearía fama y, por tanto, en preparación para que su mensaje político calara tanto y en tantos como fuera posible. Sus tuits en apoyo a Robert F. Kennedy Jr., Secretario de Salud de la administración de Trump, ferviente antivacunas y furibundo crítico del sistema sanitario estadounidense, se han esfumado. No ocurre lo mismo con sus retuits a Tucker Carlson, en los que el segundo ensalza la arquitectura moscovita afirmando que:
Moscú no ha sido degradada por la arquitectura posmoderna que destruye el espíritu9.
Tampoco el siguiente tuit, en el que receta una «solución» para la caída de la tasa de natalidad japonesa, de nuevo, poniendo el foco en que se trata de «un problema moral»:
La solución a la caída de nacimientos no es la inmigración. Es cultural.
Promover la interacción humana natural, el sexo, la plenitud física y espiritual:
– Prohibir los consoladores Tenga y las vaginas enlatadas basadas en actrices porno vendidas en tiendas quijotescas.
– Reemplazar los sushis servidos en cintas automáticas y la venta de menús en restaurantes en base a máquinas, sustituyéndolas por la interacción humana.
– Reemplazar los Cafés de eSports 24/7 donde los hombres jóvenes adquieren una falsa percepción de lo que es el fitness vía los combates de Tekken y los videojuegos de disparos del estilo de Overwatch por la educación física en el colegio.
– Estigmatizar los «maid café10» donde los asalariados solitarios pagan a chicas jóvenes para que se vistan como chicas anime y bailen como en el anime para ellos.
– Revitalizar la cultura tradicional japonesa –sintoísmo, kárate de Okinawa, Onsen, etc.–.11
Se empieza a dibujar un tanto «particular» del presunto asesino.
Volvamos por fin, a la tercera fotografía de su cabecera, en la que aparece sin camiseta. Mangione ha cultivado cuidadosamente su imagen física. La primera imagen del acusado de la que dispuso la policía de Nueva York fue, al fin y al cabo, captada por una cámara de seguridad de una cafetería cercana al lugar de los hechos, en la que Mangione aparecía sonriéndole a una de las camareras poco antes del tiroteo. Su insistencia en la «plenitud física» tiene, en realidad, mucho más de «plenitud estética» que «física». Al fin y al cabo, la operación de espalda que lo habría radicalizado y que, según ha aireado la prensa, le impediría desarrollar una vida sexual normal, no fue impedimento para que Mangione siguiera ejercitándose. Tampoco fue un impedimento para que grabara copioso material pornográfico de forma reciente, de calidad «profesional» según citan las fuentes policiales, que se habría filtrado a Internet alimentando la histeria colectiva que se ha generado alrededor de nuestro particular naródnik12. Esto, claro, contraviene lo que hemos dicho hace solo unas líneas arriba: que la operación de Mangione dificultaba –o impedía– su vida sexual. Algo, por cierto, que también contradicen sus publicaciones en Reddit entre agosto y octubre de 2023. El dolor de espalda no se esfumó hasta que:
La operación fue dolorosa durante el primer par de días, pero me impactó ver que para el séptimo día no consumía ni un solo analgésico13.
Pero Mangione se cuidó de generar una imagen pública vistosa, misteriosa y heroica. Su culto al físico y la selección cuidadosa de imágenes le han granjeado una horda de admiradores que, en un espectáculo del todo vergonzoso, han inundado las redes de mensajes lascivos y han acudido en masa a su juicio. Las pistas crípticas y la mística bíblica generaron una oleada de teorías y elucubraciones en la que nosotros mismos nos hemos visto obligados a zambullirnos para esclarecer una pieza elemental del puzle. Y la fotografía de la operación, así como la propagación de rumores que, a decir verdad, difícilmente podían ser obra de su cálculo, hicieron de su presunto acto una historia de heroísmo y venganza personal –a saber, que si su abuela falleció al serle denegado el tratamiento, que si el dolor de espalda incontrolable que acabamos de tratar, etc.–. Justo como si se tratara de un Batman, pero «a la inversa». Y justo como Batman, Mangione tiene una matriz fascista: la del vigilante «por encima de las normas sociales» que opera bajo un pseudoimperativo moral kantiano.
Si decimos «matriz» es porque si tuviéramos que hacer una comparación histórica de aquellas que están tan de moda, Mangione no se parecería en absoluto a un escuadrista fascista o a un camisa parda alemán, sino que sería algo así como un Savínkov moderno, una celebridad política por sus actos terroristas y su buena presencia, altamente patriótico, altamente espiritual, «amigo del pobre», enemigo de la «injusticia social y moral», pero poco definido ideológicamente y poco interesado en ello. Si atendemos a los detalles más personales de su vida privada, entre Savínkov y Mangione hay todavía más paralelismos –mujeriegos, juerguistas, hedonistas, etc.–, pero estas cuestiones no son de interés para el tema que nos ocupa. La cuestión aquí es que el «narodnismo», el terrorismo social-revolucionario de la Rusia de finales del siglo XIX, aquella corriente política las veces profundamente influenciada por el anarquismo individualista de Néchayev y que se enraizaba vagamente en el republicanismo radical francés, encontró su desarrollo natural en el fascismo. Savínkov pasó del magnicidio a ser un destacado líder del movimiento blanco, y Pilsudski, por poner otro ejemplo, que empezó sus andadas militando en el Partido Socialista Polaco, acabó dirigiendo un régimen dictatorial en Polonia entre 1926 y 1935.
Y es que la crítica de Mangione al sistema es parcial y moral. Ya lo dice él mismo en su manifiesto: «No, la realidad es que estos [indescifrable] sencillamente se han vuelto demasiado poderosos, y siguen abusando de nuestro país para obtener beneficios inmensos solo porque el público estadounidense les ha permitido salirse con la suya». El problema es la avaricia, no un proceso de acumulación que se basa, por su misma inercia, en incrementar la cantidad de un mismo valor de uso en cada polo de la operación. El problema es de las compañías médicas en particular, y del oligopolio en general, pero no de «los federales», escudo y espada de la misma clase social que regenta el país con mano de hierro. El problema, a juzgar por su reseña positiva de Industrial Society and its Future, del también fascistoide Kazinsky, es que «la sociedad industrial y sus consecuencias han sido un desastre para la raza humana14». Y su detención, tal y como gritaba cuando era conducido a penitenciaría por primera vez, es un «insulto al pueblo americano».
Como Savínkov, Mangione no es más que un joven burgués radicalizado embadurnado de una mística del todo injustificada. Si los actos de los que se le acusa son ciertos –y no tenemos ni la menor duda de que Mangione fue el justiciero encapuchado– éstos no fueron fruto de una historia de venganza personal, sino de una profunda adscripción política a una corriente que, lejos de ser revolucionaria, en las condiciones actuales solo puede virar hacia una dirección: el fascismo. Que el fascismo de Mangione se enraíce en el aceleracionismo, que sea de corte anarquizado, anti-stablishment y ecologista no suprime esta realidad. Musk es su enemigo en tanto que avaro, pero el burgués medio coexiste con su trabajador en una sociedad cuya armonía fue descalabrada por el vicio de las megacorporaciones. Esto es Mangione. Sin embargo, no es esto lo que se celebra.
En el día de la Ira de nada sirve ser rico,
pero la justicia libra de la muerte
Volvamos a la «víctima»: Brian Thompson. A diferencia de Mangione, de Thompson no debemos justificar su culpabilidad o participación en los hechos, porque su implicación es más que clara: está criando malvas. Y también a diferencia del joven, su vida particular no nos interesa ni lo más mínimo. Pues Thompson era, como si dijéramos, una encarnación del capital, uno de aquellos directores ejecutivos cuya presencia se invoca y de los que siempre se tiene una vaga idea, pero cuyas caras son del todo desconocidas para los comunes. ¿Quién es «el capitalista»? En el caso de United Healthcare, uno de los mayores atentados contra la salud pública estadounidense, el capitalista «ejecutivo» era Thompson. Sus inclinaciones políticas, sus relaciones familiares, su club de golf favorito o su distribuidor de cocaína de confianza son cuestiones carentes de relevancia frente a su verdadero pecado. Algo injusto, tal vez, siendo que al presunto «justiciero» se le ha despojado de toda intimidad. Pero no somos nosotros los que hacemos las normas del juego.
Un juego, por otro lado, que podemos resumir del siguiente modo: un joven burgués, aventurero, empapado por el ideario del héroe individual acribilla a disparos –presuntamente, por supuesto– al director ejecutivo de una compañía que se dedica a una rama de la producción particularmente odiada por el obrero estadounidense: los seguros de salud. Hemos convenido que Mangione no lo hizo por un arrebato de heroísmo, sino en base a una justicia particular que inclina la balanza hacia el otro extremo del espectro político, por más que él no sea plenamente consciente. Su manifiesto es uno nítidamente pequeñoburgués, propagado mediante los hechos, propugnando la unidad de clase frente a la injusticia –recordemos «ha trascendido las divisiones de clase»– y solo contra el «exceso» de un sistema que Mangione considera «justo» en su forma «moderada». Este hecho ha sido despojado, consciente e inconscientemente, de su fundamento político. Ha sido consumido como un reality, o tal vez como una novela de ficción plagada de catarsis y de giros de guion. Pero hay un muerto encima de la mesa, uno por el que nos alegramos; y un chaval al que, aunque nosotros suponemos culpable, se lo intentan colgar. Y nada de esto habría sido posible sin el aplauso apabullante de las masas obreras estadounidenses, que sufren bastante más de lo que se suele pensar. Al fin y al cabo, estamos hablando del país en el que entre el 40 y el 50% de los sintecho trabajan a jornada completa15, en el que el poder adquisitivo de los salarios se reduce por momentos16, y que es gobernado por la misma cleptocracia de siempre, solo que ahora fascistizada y desvergonzada. Hablamos de un país cuya distribución de la riqueza luce así17:

Y, claro, la vida pierde sentido por momentos. El «sueño americano», la gran entelequia, se ha evaporado, si es que realmente existió alguna vez. Y en esta desgracia tragicómica, los seguros de salud son el último clavo en el ataúd. Su productividad, a duras penas la mitad de la del resto de empresas del índice bursátil del S&P 500, es percibida como indicativo del timo por el ciudadano educado –la caída de ingresos se corresponde con la actividad de Mangione–:

Y estas empresas, de la cual United Healthcare es buque insignia, son odiadas universalmente por sus trabas burocráticas, por su constante restricción de la mercancía que ofrecen: la restauración de la fuerza de trabajo a un pueblo apaleado y sometido por la droga y un capitalismo descarnado. Es por ello que Mangione la escogió para realizar su manifiesto, y es por ello que el proletariado americano, todavía embriagado por la estupidez heroísta e individual de las nacaradas producciones de Hollywood, ha prestado su unánime apoyo al presunto tirador. La encuesta realizada por YouGov el 15 diciembre, poco después de los hechos, se ve obligada a reconocerlo: de los 1.553 estadounidenses encuestados, todos ellos mayores de edad, el 21% declaraban tener una opinión «algo» o «bastante» favorable de lo que había hecho Mangione; cifras que ascienden como la espuma entre la población de entre 18 y 29 años –el 39% estaban a favor y el 29% en contra– y entre la población que se declaraba liberal «a la americana» –el 47% a favor–. Contra los abucheos a las ruedas de prensa, las manifestaciones multitudinarias y la admiración en redes sociales poco pueden hacer los medios burgueses. Y genera simpatía porque el abatido es enemigo del pueblo, y su empresa se cimentaba sobre la injusticia. En palabras de Mangione: «Evidentemente, soy el primero que lo encara con una honestidad tan brutal». Y es que al proletario promedio le da igual que su historia heroica sea una farsa, como repite la prensa burguesa. Ello es secundario. Su admiración proviene, al menos en parte, de lo que ya señalaba Walter Benjamin en su ensayo «Para una crítica de la violencia»:
Es decir, que la violencia, cuando no es aplicada por las correspondientes instancias de derecho, lo pone en peligro, no tanto por los fines que aspira alcanzar, sino por su mera existencia fuera del derecho. Esta presunción encuentra una expresión más drástica en el ejemplo concreto del «gran» criminal que. por más repugnantes que hayan sido sus fines, suscita la secreta admiración del pueblo. No por sus actos, sino sólo por la voluntad de violencia que éstos representan. En este caso irrumpe, amenazadora, esa misma violencia que el derecho actual intenta sustraer del comportamiento del individuo en todos los ámbitos, y que todavía provoca una simpatía subyacente de la multitud en contra del derecho. ¿Cuál es la función que hace de la violencia algo tan amenazador para el derecho, algo tan digno de temor? La respuesta debe buscarse precisamente en aquellos ámbitos en que, a pesar del actual orden legal, su despliegue es aún permitido18.
Es por ello que aquí la consigna condenatoria del terrorismo individual no es incorrecta, sino insuficiente. Porque el proletariado estadounidense ha encontrado en Mangione una vía de escape, la demostración viva de un hecho que había olvidado: el burgués también sangra. La cuestión, entonces, es educarlo para que aprenda y aprehenda esta verdad; que se organice para hacerlo sangrar de veras y para siempre. Y ello empieza, en las modestas condiciones en las que se desplaza el comunismo, por desgranar los sucesos de forma simple pero pedagógica, por instruir a los camaradas en no cerrarse en banda, en entender qué se reclama con Mangione y por qué ha sido elevado a la categoría de héroe; en saber poner voz a las súplicas quedas de una clase que sufre, por más que sea a pequeñísima escala. Este es el verdadero carácter de la prensa obrera, y no la descripción aséptica de los eventos con un cambio de palabras que se ajuste al vocabulario marxista.
En lugar de atender a la riqueza del hecho, el comunismo patrio e internacional ha reaccionado de la peor forma posible: o con el silencio sepulcral, o con la proclama de la receta contra el terrorismo individual. Y de la «prensa obrera» nacional no esperábamos menos que la profunda incompetencia, que es exactamente lo que hemos recibido. Porque aquellos que poseen una tribuna con la que pueden incidir mínimamente en las masas y en los debates de cierto calado tienen el deber y la obligación de actuar en consecuencia. Y un hecho de estas dimensiones y explosividad, algo que no se veía desde hacía décadas y que se produjo en un momento de absoluta crispación social, fue desaprovechado en punto.
El asesinato de Thompson merecía más que la receta panfletaria teniendo en cuenta el topor en el que se encuentra el movimiento obrero. Porque el debate ahora no versa sobre si este método de lucha es útil o no. Este debate ha sido superado por la práctica mil y una veces, y la rareza del terrorismo individual confirma su caducidad a la par que reviste al tirador neoyorkino de una relevancia capital. De hecho, no hay nada aquí a debatir, pues las amplias masas obreras estadounidenses se han lanzado a celebrar a su forma la aplicación del terror contra los verdaderos terroristas. Al contrario: se impone clarificar. Y todos aquellos «tribuneros» que se las gastan de expertos en materia con los Estados Unidos, los mismos que cantaban las mil y una virtudes de un «poderoso auge sindical» en el país del dólar que por su docilidad haría las delicias de Samuel Gompers, padre del colaboracionismo de clases estadounidense, callaron como zorros tan pronto como los hechos escaparon los márgenes de sus estrechas recetas prefabricadas no por los «monolíticos» manuales soviéticos que nosotros hemos usado extensivamente para redactar artículos como el que hoy os presentamos, sino por la más crítica de todas las academias.
Y es que para presentar esta crítica disfrazada de análisis que ahora sometemos a vuestro juicio no hemos necesitado de delegados en los Estados Unidos ni de un pase de prensa para el juzgado. Nos han bastado nuestras limitadas fuerzas, un ordenador y conexión a Internet. Sirva esto como cierre de nuestra crítica a la «prensa obrera», a toda ella, que ha sido incapaz de ponerle palabras a un evento sucedido al otro lado del charco, desde la comodidad y las facilidades de nuestro tiempo. ¿Qué se podrá esperar de ella cuando llegue la hora de la verdad?
- Hammond, Elise, Lauren Mascarenhas, Michelle Watson, Steve Almasy, y Taylor Romine. “December 9, 2024: UnitedHealthcare CEO Brian Thompson Shooting Suspect Luigi Mangione Charged with Murder.” CNN, December 10, 2024. https://edition.cnn.com/us/live-news/brian-thompson-unitedhealthcare-death-investigation-12-9-24/index.html. ↩︎
- En: https://www.newsweek.com/luigi-mangione-manifesto-full-document-1998945. La traducción es nuestra. ↩︎
- Disponible en: https://www.justice.gov/opa/pr/attorney-general-pamela-bondi-directs-prosecutors-seek-death-penalty-luigi-mangione ↩︎
- Disponible en: https://x.com/LauraLoomer/status/1871243746873864238 ↩︎
- Disponible en: https://www.luigimangioneinfo.com/ ↩︎
- Portal de GiveSendGo: https://www.givesendgo.com/legalfund-ceo-shooting-suspect ↩︎
- Ajustados a la inflación, los 750.000 dólares se traducen en 3.785.916. ↩︎
- En: https://www.globenewswire.com/news-release/2020/05/04/2026777/0/en/TrueCar-Expands-Military-Car-Buying-Support-with-Launch-of-TrueCar-Military.html ↩︎
- Disponible en: https://x.com/PepMangione/status/1790781006011896306 ↩︎
- Cafeterías en las que las camareras se visten como sirvientas y tratan a los clientes como sus amos. ↩︎
- Disponible en: https://x.com/PepMangione/status/1780863519677940189 ↩︎
- https://www.thedailybeast.com/luigi-mangione-denies-starring-in-the-seedy-sex-tape-being-sold-online-for-500000/ ↩︎
- Disponible en: https://www.washingtontimes.com/news/2024/dec/12/luigi-mangione-reddit-posts-offer-insight-health-c/ ↩︎
- Disponible en:
https://www.reddit.com/r/Fauxmoi/comments/1hal2yx/all_of_luigi_mangiones_now_private_goodreads/#lightbox ↩︎ - https://www.nytimes.com/2025/03/01/opinion/crisis-working-homeless.html#:~:text=A%20recent%20study%20analyzing%20the,makeshift%20conditions%2C%20had%20formal%20employment. ↩︎
- Disponible en: https://www.pewresearch.org/short-reads/2018/08/07/for-most-us-workers-real-wages-have-barely-budged-for-decades/ ↩︎
- Disponible en: https://www.visualcapitalist.com/wealth-distribution-in-america/ ↩︎
- Benjamin, Walter. Iluminaciones IV, Para una crítica de la violencia, y otros. Grupo Santillana Ediciones S.A., 2017. ↩︎